Los disyuntores son dispositivos de seguridad que se accionan ante problemas en la corriente eléctrica. Estos mecanismos están presentes en casas, edificios e industrias, y se han vuelto esenciales en el mundo moderno.
Muchas veces se los confunden con los fusibles o se los utiliza de sinónimos. Pero son dos dispositivos diferentes que cumplen funciones similares. Los fusibles “saltan” cuando un circuito eléctrico se recalienta y luego no pueden volver a utilizarse. En cambio, los disyuntores pueden conectarse nuevamente una vez que la instalación vuelve a ser segura.
¿Todos los disyuntores son iguales?
Hay distintos tipos de disyuntores, pero los más comunes en el hogar son el interruptor diferencial y el termomagnético.
El interruptor termomagnético se encarga de proteger la instalación y los equipos ante sobrecargas o cortocircuitos. Lo hace cortando la corriente cuando supera un determinado umbral.
El diferencial, por otro lado, está destinado a proteger a las personas que hacen uso de las instalaciones. Por ejemplo, si alguien recibe una descarga, la intensidad de salida de la corriente será menor que la que ingresó. Entonces, el mecanismo detecta esta falla y actúa cortando la electricidad.
Para seleccionar los disyuntores, cuántos y dónde se ubicarán se necesita conocimiento técnico. Por eso, lo recomendable es comunicarse con un electricista matriculado en Capital Federal. El profesional podrá determinar la tensión del trabajo, la intensidad nominal, el poder de corte, el de cierre y el número de polos para hacer una instalación adecuada.
Además de tener una instalación segura, hay que revisarlos periódicamente. Pulsando el botón y comprobando que el disyuntor se activa, sabrás que continúa cumpliendo su función. Así, las personas que transitan a diario y entran en contacto con equipos y conexiones eléctricas, podrás estar seguras.